En Siberia, apareció un enorme cráter en la tundra, provocando que la nieve y las rocas alcanzaran cientos de metros de altura y creando una enorme cicatriz. Este evento marcó el decimoséptimo cráter descubierto en las penínsulas de Yamal y Gyda desde 2013, lo que está atrayendo mucho interés científico. Se cree que los cráteres están relacionados con el cambio climático, y herramientas modernas como la fotografía con drones, el modelado 3D y la inteligencia artificial (IA) ayudan en su análisis.
Investigación científica
El Dr. Evgeny Chuvilin, científico principal de la investigación en el Instituto Skolkovo de Ciencia y Tecnología de Recuperación de Hidrocarburos en Moscú, enfatizó que el nuevo cráter está bien conservado, lo que brinda una rara oportunidad de estudiar un “nuevo” cráter, según CNN. informe. Por primera vez, los investigadores utilizaron un dron para explorar la profundidad del cráter, entre 10 y 15 metros bajo el agua. Esto les permitió crear una imagen detallada en 3D del cráter, que tiene 30 metros de profundidad.
Hallazgos y conceptos
Igor Bogoyavlensky de Petróleo y Gas Investigación El Instituto de la Academia de Ciencias de Rusia, que operaba el dron, explicó la dificultad de controlarlo desde el borde de un cráter profundo. El modelo 3D reveló grutas inusuales en el fondo del cráter, lo que confirma la teoría de que el gas metano se está acumulando bajo tierra, provocando explosiones masivas y formando el cráter.
Fuentes de metano e impactos climáticos
La fuente del metano aún no está clara; puede provenir de las profundidades de la Tierra o cerca de la superficie, o ambas cosas. El permafrost, que almacena una gran cantidad de metano, se está reduciendo debido al aumento de las temperaturas en el Ártico, lo que permite que el gas escape. Las imágenes de satélite estimaron que la formación del cráter se produjo entre el 15 de mayo y el 9 de junio de 2020, y el cráter fue identificado el 16 de julio de 2020.
Investigación y cuidados futuros
Predecir estas erupciones sigue siendo un desafío, pero los científicos del Centro de Investigación Climática Woodwell en Massachusetts están desarrollando métodos para monitorear el cambio climático y predecir la formación de cráteres. Su modelo logró predecir nuevos cráteres y registrar cambios dramáticos en la región ártica.