El ejército filipino se está preparando para probar una nueva estrategia de defensa a través de una serie de ejercicios destinados a mejorar la capacidad del país para repeler posibles invasiones sin ayuda inmediata de las fuerzas aliadas. La iniciativa cobra importancia en medio de las crecientes preocupaciones de seguridad relacionadas con las acciones asertivas de China en el Mar Occidental de Filipinas y las tensiones geopolíticas sobre Taiwán.
Durante el lanzamiento del ejercicio militar anual Dagat-Langit-Lupa (AJEX DAGIT-PA) de las Fuerzas Armadas de Filipinas, el Jefe del Estado Mayor General Romeo Brawner Jr. enfatizó la importancia de la preparación para diversos escenarios. «Consideramos todos los escenarios posibles y los incluimos en los ejercicios, por lo que estamos preparados para cualquier eventualidad», afirmó.
El ejercicio, que tendrá lugar en las fronteras norte y oeste de Filipinas, incluirá entrenamiento centrado en operaciones integradas de defensa aérea y antimisiles, protección de infraestructuras energéticas, defensa terrestre y maniobras anfibias destinadas a retomar islas e instalaciones importantes. Los planificadores analizaron múltiples escenarios de conflicto, incluidos posibles ataques con misiles, para desarrollar un programa de capacitación destinado a evaluar la respuesta de las tropas e identificar las brechas existentes en las defensas.
Uno de los aspectos más importantes del próximo ejercicio tendrá lugar en la isla Titu, también conocida como isla Pag-asa, un territorio controlado por Filipinas en el Mar de China Meridional que alberga a unos 400 filipinos. Los expertos militares han identificado a Thitu como un posible objetivo principal en cualquier escenario de invasión. Las Fuerzas Armadas han realizado anteriormente operaciones especiales y ejercicios de defensa civil en la isla, y el programa de este año incluirá ejercicios de apoyo a la marina, aunque los militares no han confirmado si coincidirán con los desembarcos anfibios.
Un cambio notable respecto a ejercicios anteriores es la reducida participación de tropas activas: sólo está previsto que participen 2.000 soldados este año, frente a los 3.000 del año pasado. Para aumentar el número, también participarán en el ejercicio las fuerzas militares de reserva, la Guardia Costera de Filipinas y la Policía Nacional de Filipinas.
Además del entrenamiento militar tradicional, los ejercicios ahora cubrirán la guerra cibernética, electrónica y espacial, enfatizando un enfoque moderno de la defensa. El general Browner señaló que los escenarios de entrenamiento no son sólo simulaciones, sino más bien ensayos estratégicos que validan conceptos operativos. El ejercicio de este año también servirá para probar una nueva estrategia de defensa unilateral llamada Bantay Kalayaan, introducida el año pasado para guiar las operaciones defensivas del ejército.
El establecimiento del Comando Estratégico de las AFP marca un importante avance en la estructura militar. Este comando recién creado supervisará las operaciones fuera del alcance de las unidades de comando conjunto, centrándose en las aguas territoriales, las áreas ocupadas del Mar de China Meridional y el espacio aéreo. El general Brawner señaló que este comando estratégico podría desempeñar un papel clave en futuras situaciones de conflicto, sirviendo como una unidad importante durante tiempos de guerra.
Centrándose en la autosuficiencia, Brawner articuló la necesidad de que las fuerzas armadas mantengan la independencia durante un período de tiempo significativo, incluso frente a un conflicto potencial. Dijo que si comienzan las hostilidades, las tropas filipinas deberían poder defender el país durante al menos un mes antes de que lleguen posibles refuerzos aliados. «Estos ejercicios son cruciales, por lo que podemos ver el límite de nuestra arquitectura de defensa», dijo, reconociendo también la expectativa de apoyo de los aliados bajo los acuerdos de defensa mutua establecidos.
A medida que Filipinas fortalece sus capacidades militares en medio de una dinámica regional compleja, estos ejercicios representan un esfuerzo estratégico para fortalecer las capacidades de defensa del país, garantizando la preparación para nuevas amenazas en la región.












