Las autoridades iraníes han anunciado un ambicioso plan para restaurar y mejorar sus instalaciones nucleares, que resultaron dañadas en los recientes ataques militares de Israel y Estados Unidos. El presidente Massoud Pezeshkian subrayó la determinación de la nación visitando la agencia nuclear y expresando confianza en que la comunidad científica de Irán restauraría las instalaciones. «Destruyendo edificios… no daremos marcha atrás», dijo en un vídeo publicado en su sitio web oficial, aunque se abstuvo de detallar daños específicos o estrategias de reconstrucción.
Este acontecimiento se produce tras importantes ataques militares iniciados por Israel en junio contra instalaciones nucleares y militares en Irán. Según se informa, la campaña de bombardeos de 12 días causó una destrucción significativa y víctimas, incluida la muerte de destacados científicos iraníes. El expresidente Trump dijo que la acción había desmantelado con éxito el programa nuclear de Irán, aunque el nivel real de destrucción sigue siendo incierto.
Irán tomó represalias con ataques con misiles balísticos contra ciudades israelíes, lo que ilustra las crecientes tensiones entre los dos países. El Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, describió las consecuencias del ataque contra objetivos iraníes como «serias y graves», indicando una fuerte oposición a la ofensiva militar.
En una yuxtaposición estratégica, las declaraciones de Pezeshkian coincidieron con renovadas propuestas diplomáticas por parte de Omán, un país reconocido por su papel mediador en conflictos regionales. El Ministro de Asuntos Exteriores de Omán, Badr Albusaidi, expresó su compromiso con el desarrollo del diálogo entre Teherán y Washington en la conferencia de Diálogo IISS Manama en Bahréin. Tras la iniciativa diplomática de Omán, la portavoz del gobierno iraní, Fatemeh Mojajerani, confirmó que Teherán efectivamente había recibido mensajes sobre la posibilidad de reanudar las conversaciones, aunque no reveló detalles concretos.
Omán desempeñó un papel clave al facilitar varias rondas de conversaciones entre Estados Unidos e Irán a principios de este año, con una sexta ronda programada poco antes de que comenzaran los ataques militares, lo que complica la perspectiva de una diplomacia continua. El telón de fondo de esta escalada de tensiones se ve exacerbado aún más por la inminente reimposición de sanciones de la ONU a Irán, provocada por la activación de un mecanismo de «alternativa» por parte de Gran Bretaña, Alemania y Francia a la luz de las supuestas violaciones por parte de Irán del acuerdo nuclear de 2015.
Con ambas naciones en una encrucijada marcada por un enfrentamiento militar y una incertidumbre diplomática, la comunidad internacional está observando de cerca para ver si los esfuerzos de Omán pueden conducir a una reducción de las tensiones y la reanudación de conversaciones significativas.












