- El centro de datos submarino de China combina refrigeración en aguas profundas con energía eólica renovable
- El proyecto Lingang genera 2,3 MW en su primera fase operativa
- Sea Natural Cooling reemplaza los enfriadores tradicionales en el nuevo centro de datos de China
El experimento de China de sumergir la infraestructura digital ha pasado ahora de la teoría a la realidad comercial.
La exclusiva zona de Lingang en Shanghai se ha convertido en el hogar de lo que el país llama el primer centro de datos submarino del mundo.
El proyecto de 226 millones de dólares combina energía renovable con refrigeración de aguas profundas para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad.
Una nueva fase en la infraestructura de la información
La primera fase de la instalación de Lingang está operativa y produce 2,3 MW de capacidad, y los promotores afirman que la construcción completa llegará finalmente a los 24 MW.
Este producto lo colocaría muy por delante del Proyecto Nateq de Microsoft, que inicialmente fue un esfuerzo experimental y fue abandonado en 2024.
La instalación submarina de 35 m de profundidad cuenta con el apoyo de importantes entidades respaldadas por el gobierno, incluidas Shinerji, la división de Shanghai de China Telecom y CCCC Third Harbour Engineering.
Su operador, Shanghai Heckload, ya ha presentado una visión para una ampliación de 500 MW en el entorno offshore.
Desde un punto de vista técnico, el enfoque es sencillo: los servidores están encerrados en cápsulas estancas y ubicados en el océano.
Las propiedades naturales del mar actúan como medio refrigerante, eliminando la necesidad de enfriadores convencionales.
La compañía afirma que la configuración logra una eficiencia energética de menos de 1,15, superando tanto el estándar de eficiencia actual de China como la mayoría de las instalaciones terrestres de hiperescala.
Los defensores del proyecto argumentan que el enfoque submarino reduce la demanda de energía para refrigeración y al mismo tiempo permite una dependencia casi total de los recursos renovables.
Los desarrolladores estiman que alrededor del 95% de la energía de la instalación provendrá de energía eólica marina, eliminando la necesidad de energía eléctrica o agua dulce.
Si nos basamos en los números, el sitio podría marcar un progreso real hacia la informática sostenible de bajo impacto.
Sin embargo, existen limitaciones claras. La experiencia pasada de Microsoft muestra que existen inconvenientes prácticos al realizar el mantenimiento, la actualización y el reemplazo de piezas.
Dado que cada cápsula se presiona, sella y se recubre para resistir la corrosión, una vez sumergida, el acceso se vuelve costoso y lento.
Los desarrolladores de Lin Gang creen que los efectos térmicos y de marea se mantienen dentro de límites aceptables, pero la verificación independiente aún está pendiente.
Al igual que con la anterior empresa Microsoft, la cuestión no es si el sistema podrá funcionar, sino si podrá hacerlo de forma sostenible y rentable.
Si los resultados coinciden con las predicciones iniciales, el enfoque de China podría influir en la forma en que las empresas globales implementan herramientas de inteligencia artificial y gestionan cargas de trabajo con uso intensivo de datos a escala.
a través de Hardware de Tom
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