Las ondas gravitacionales impulsan la transición de fase superenfriada después del Big Bang, revela nueva física.

En 2023, los científicos descubrieron ondas sutiles en la atmósfera, conocidas como ondas gravitacionales, a partir de conjuntos de sincronización de púlsares. Originalmente se pensó que estas ondas de baja frecuencia eran el resultado de una evolución que ocurrió poco después del Big Bang. Sin embargo, una nueva investigación ha puesto en duda esta explicación, sugiriendo que es posible que sea necesario mejorar nuestra comprensión de estas ondas cósmicas.

La primera hipótesis

El teoría Detrás de estas ondas gravitacionales estaba que estaban asociadas con un cambio de fase en el universo primitivo. Un cambio de fase es un cambio repentino en las propiedades de un objeto, que generalmente ocurre cuando las condiciones alcanzan un estado crítico. Por ejemplo, el agua se convierte en hielo mediante un cambio de fase. Los científicos creían que un proceso similar, que ocurrió poco después del Big Bang, producía ondas electromagnéticas que podían detectarse en frecuencias de nanohercios. Se pensaba que esta transición de fase desempeñaba un papel importante en la formación de las partículas básicas.

Problemas actuales de comprensión

Andrew Fowlie, profesor asistente de la Universidad Xi’an Jiaotong-Liverpool, y su equipo han planteado preguntas sobre esta hipótesis. Su investigación muestra que será necesario un cambio radical “muy genial” para producir las ondas visibles más débiles. En pocas palabras, esto significa que la evolución tendría que tener lugar en un ambiente muy frío, lo que parece imposible dadas las condiciones del universo primitivo.

El problema es que los cambios superfríos habrían sido difíciles de lograr debido a la rápida expansión del universo después del Big Bang. Fowlie señala que incluso si tal cambio se acelerara hasta el final, no sería consistente con las longitudes de onda observadas.

Resultados Resultados

Estudios recientes sugieren que las ondas gravitacionales detectadas pueden no estar relacionadas con el cambio de fase planeado después de la gran explosión. Si estas ondas no surgen de este cambio, significa que puede haber otros mecanismos en juego, que aún no se comprenden. Fowlie enfatiza que comprender estas ondas puede revelar nuevos aspectos de la física y ayudar a responder preguntas importantes sobre el origen del universo.

El descubrimiento también tiene implicaciones más amplias. Puede mejorar nuestra comprensión de otras transiciones de fase y sus efectos, tanto a nivel cósmico como terrestre. Por ejemplo, los conocimientos adquiridos a partir de estos estudios pueden afectar la forma en que entendemos el flujo de agua en las rocas o cómo se propagan los incendios forestales.

Avanzando

La investigación del equipo sugiere que se necesita un enfoque más diverso para estudiar la evolución de las condiciones superfrías y su conexión con las ondas gravitacionales. Esto puede implicar el desarrollo de nuevos métodos para medir e interpretar estas ondas con mayor precisión. A medida que avance nuestro conocimiento, será importante continuar explorando y perfeccionando nuestras teorías sobre el universo primitivo y los procesos fundamentales que lo crearon.
Comprender estos cambios energéticos y las ondas gravitacionales asociadas con ellos puede proporcionar una imagen más rica de los orígenes del universo, lo que conducirá a nuevos e interesantes avances en la física.

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