¿Realmente los gladiadores lucharon a muerte? Esto es lo que necesitas saber

La vida de un guerrero romano estaba llena de violencia y peligro, pero la idea de que estos guerreros siempre luchan hasta la muerte es una exageración. La evidencia histórica muestra que, aunque ocurrieron asesinatos, no fueron tan comunes como retratan los medios populares. El investigador Alfonso Manas de la Universidad de California, Berkeley, dijo a WordsSideKick.com que la tasa de mortalidad entre los veteranos cambió con el tiempo. Los primeros registros, como las pinturas de las tumbas del siglo IV a. C. en Paestum, muestran heridas terribles, lo que indica que muchos de los primeros combates de gladiadores podrían ser fatales.

Cambios en el combate de gladiadores

Después de cambios importantes alrededor del año 27 a. C., especialmente durante los reinados de los emperadores Augusto y Tiberio, la naturaleza de la guerra cambió. Estas mejoras tenían como objetivo reducir el número de muertes en el estadio. En el siglo I d. C., los registros de Pompeya sugieren que sólo uno de cada cinco juegos terminaba en muerte. Curiosamente, la disminución de las ejecuciones llevó a algunas personas libres a elegir la vida de gladiadores, además de muchos gladiadores esclavos. reflejos.

Papel del juez

La presencia del árbitro, conocido como summa rudis, jugaba un papel importante para mantener el orden durante las batallas. Este árbitro podría detener el juego si un jugador pareciera estar en peligro inminente. Si un gladiador se rindiera dejando caer su escudo y levantando un dedo, podría estar protegido, dependiendo de los deseos del organizador del evento.

El ascenso del mal

Sin embargo, la sed de sangre aumentó en el siglo III d.C. y muchas guerras empezaron a terminar con la muerte del perdedor. El ánimo público se tornó en un estado de tolerancia hacia una gran brutalidad, con informes que sugerían que los asesinatos se generalizaron.

Guerreros no entrenados

Además, no todos los participantes en la arena eran artistas marciales entrenados. Muchos prisioneros no entrenados, que a menudo criticaban a los criminales, se enfrentaban a animales salvajes, lo que les hacía la vida más difícil. Este método no sólo ha servido como entretenimiento sino también como una terrible advertencia a la gente sobre las consecuencias del delito.

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