La Voyager 2 de la NASA apaga el instrumento científico de plasma para conservar energía

La NASA ha apagado uno de los instrumentos científicos de la Voyager 2 para conservar la energía restante mientras viaja por el espacio interestelar. La nave espacial, que se lanzó el 20 de agosto de 1977, se encuentra actualmente a 12,8 mil millones de millas de la Tierra y está explorando más allá del sistema solar. Desde que abandonó la heliosfera el 5 de noviembre de 2018, la Voyager 2 ha estado estudiando el entorno interestelar utilizando cuatro instrumentos activos. Sin embargo, a medida que la potencia de la sonda disminuía lentamente, la NASA tuvo que tomar la difícil decisión de apagar el otro dispositivo.

Gestión de recursos energéticos cada vez más escasos

La Voyager 2, junto con su compañera Voyager 1, funciona con plutonio en descomposición, lo que reduce su suministro de energía en unos 4 vatios cada año. Para extender su vida operativa, la NASA está apagando gradualmente sistemas y otros equipos no esenciales. Hasta la fecha, se han dado de baja seis de los diez primeros instrumentos de la nave espacial. El 26 de septiembre de 2024, se decidió apagar el dispositivo científico de plasma, que había jugar un papel importante a la hora de confirmar la salida de la sonda de la heliosfera al detectar el descenso de partículas solares.

Aspectos destacados de la herramienta científica del plasma

El instrumento de plasma constaba de cuatro “copas” para medir partículas cargadas, tres de las cuales apuntaban al Sol y observaban el viento solar mientras se encontraba en la heliosfera. Después de que la nave espacial pasó más allá de la heliosfera, estas copas dejaron de recopilar datos, dejando solo una tarea. Esta copa restante proporcionó información importante en ciertos momentos mientras la Voyager 2 realizaba su órbita de 360 ​​grados.

El futuro de la Voyager 2

El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA confirmó que el dispositivo de plasma se apagó sin incidentes y que la aeronave continúa operando con normalidad. A medida que los instrumentos restantes recopilen datos vitales, los ingenieros continuarán monitoreando las fuentes de energía de la sonda para determinar cuándo serán necesarias paradas adicionales, permitiendo que la misión continúe el mayor tiempo posible.

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