Científicos de la Universidad de Nueva York (NYU) han revelado una investigación que sugiere que las funciones de la memoria pueden no limitarse a las células cerebrales, y las investigaciones muestran que las células no cerebrales del cuerpo también están involucradas. El estudio demostró que las células fuera del cerebro, particularmente las células renales y nerviosas, tienen propiedades similares a las de la memoria asociadas con las neuronas. Estos hallazgos tienen implicaciones para avanzar en la comprensión de los procesos de la memoria y pueden proporcionar nuevos tratamientos para las afecciones relacionadas con la memoria.
Activación del gen de la memoria en células no neuronales
La lección fue publicado en la revista Nature Communications. Según el estudio, el equipo de investigación examinó la respuesta de células no cerebrales a métodos de señalización química en condiciones de laboratorio. Al simular el “efecto de división” de las neuronas, el equipo intentó probar si la separación de los patrones de señales, similar a los períodos de aprendizaje espaciados en los humanos, influiría en la capacidad de estas células para “recordar” o no. El estudio continuó revelando que la exposición de las células nerviosas y renales a estos tiempos dio como resultado la activación de un “gen de la memoria”, un proceso que antes se pensaba que era exclusivo de las neuronas.
Después de este proceso, las células están programadas para producir una proteína que brilla cada vez que se activa un tipo de memoria, proporcionando signos visibles de actividad de la memoria. En particular, las células no neuronales mostraron respuestas genéticas más fuertes y duraderas cuando se distribuyeron señales químicas, en lugar de entregarse en una ráfaga prolongada.
Efectos sobre la salud y la comprensión cognitiva
El estudio presenta una nueva perspectiva sobre la memoria celular, que podría revolucionar la investigación futura sobre células no cerebrales como parte del almacenamiento y procesamiento de la memoria. Kukushkin, junto con el profesor Thomas Carew del Centro de Ciencias Neurales de la Universidad de Nueva York, sugiere que comprender la memoria deteriorada podría ayudar a desarrollar nuevas formas de mejorar el aprendizaje o resolver problemas de salud como el control de la glucosa y la respuesta de las células cancerosas al tratamiento.
La investigación añade una nueva dimensión al estudio de la memoria, mostrando que las funciones de la memoria pueden ser una propiedad celular general en lugar de un rasgo limitado a las células cerebrales.