Victor Boniface: ¿La estrella del Bayer Leverkusen se niega a convertirse en “el próximo Jonathan Akpobori”?

Para los aficionados del Bayer Leverkusen, Victor Boniface no es más que eso.

Su nombre infunde miedo entre los defensores de la Bundesliga, sus goles impulsan las ambiciones de título del Leverkusen y su impresionante forma consolida su reputación como uno de los mejores prospectos de Europa.

Sin embargo, con la icónica camiseta verde de Nigeria, es una sombra de sí mismo: un delantero atrapado entre la brillantez y la maravilla.

La derrota del lunes por 2-1 ante Ruanda en Uyo, una vergüenza histórica para las Súper Águilas, puso de relieve este marcado contraste.

Agustín le dio a Eguavoen la siguiente salida, Boniface volvió a sentirse decepcionado. No hay ningún propósito. No hay momentos destacados. Otro punto más en una racha creciente.

Once partidos, cero goles y una asistencia. Para una persona que aterroriza a la defensa.

Alemán, sus estadísticas de Super Eagles son asombrosas.
Eguajoen admitió tras el partido:

“Boniface, todos sabemos de lo que es capaz, especialmente en su club. Hemos tratado de darle confianza y tiempo de juego, pero por alguna razón, no logra anotar”.

El enigma de Bonifacio

No es una cuestión de talento. La actuación de Bonifacio en Alemania es asombrosa.

Con ocho goles en 15 partidos esta temporada y 29 goles en poco más de un año con el Leverkusen, ya ayudó al club a conseguir el doblete de la Bundesliga y la DFB-Pokal. Es el jugador de la temporada de la Bundesliga y el premio al mejor equipo.

Ahora es el quinto máximo goleador de un nigeriano en la historia de la Bundesliga y pronto superará los 21 goles de Taiwo Awonyi. Con sólo 23 años, su techo parece interminable, excepto cuando viste los colores de Nigeria.

¿Por qué la separación?

La pregunta no es nueva.

Jonathan Akpoborie, máximo goleador de Nigeria en la Bundesliga, se enfrentó a la misma dicotomía.

Jonathan Akpobori
Jonathan Akpobori

60 goles en la Bundesliga pero sólo cuatro para Nigeria en nueve años.

Al igual que Boniface, Akpoborie fue una estrella en Alemania, pero le costó encontrar su ritmo en el ecosistema único del fútbol africano.

Boniface y Akpboborie no están solos en esta deprimente historia de club versus país.

Jonathan Akpobori
Jonathan Akpobori

Paul Onuachu, Victor Agali, Stephen Makinwa y similares no lograron replicar el éxito de su club en Nigeria. Pero el caso de Bonifacio es más apremiante.

Quizás la disparidad resida en las marcadas diferencias entre el fútbol europeo y africano.

En Alemania, Boniface se nutre de la precisión, el espacio y los pases rápidos.

En África, los defensores son más físicos, los lanzamientos son menos indulgentes y los juegos son más lentos pero llenos de intensidad.

La dependencia de Boniface de la habilidad por encima del físico lo pone en desventaja frente a una fuerte defensa africana.

Leyendas de las Super Eagles como Nwankwo Kanu han adaptado sus juegos a este desafío.

Kanu aprendió a luchar contra los defensores africanos en sus condiciones, combinando inteligencia con coraje. Boniface debe hacer lo mismo: utilizar su físico, mejorar su entrenamiento y establecerse como un atacante despiadado.

¿Podrá Bonifacio reescribir su historia?

Con la Copa Africana de Naciones 2025 a la vuelta de la esquina, Boniface tiene sólo un año para demostrar su valía.

Sigue siendo una figura clave en el ataque de Nigeria, especialmente cuando las lesiones de Victor Osimhen causan preocupación. El potencial está ahí, pero se acaba el tiempo para elegir el sello del “nuevo Jonathan Akpobori”.

A pesar de sus luchas actuales, la historia de Boniface está lejos de terminar.

A sus 23 años, tiene mucho tiempo para adaptarse y desarrollarse.

A un año de la Copa Africana de Naciones, tiene una oportunidad de oro para mejorar su juego y convertirse en delantero de Nigeria.

Superando sus defectos e inspirándose en leyendas de las Super Eagles que han superado desafíos similares, podrá consolidar su lugar en la historia del fútbol nigeriano.

De lo contrario, corre el riesgo de convertirse en otro jugador talentoso con una promesa internacional incumplida.

Los nigerianos tienen fe en él, pero la paciencia se está agotando. Los próximos 13 meses podrían determinar su legado: una historia de redención o arrepentimiento.

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