Los pumas en el Gran Los Ángeles están aumentando durante la noche en respuesta a las actividades recreativas humanas, según un estudio publicado el 15 de noviembre en la revista Biological Conservation. La investigación destaca cómo estos grandes depredadores, también conocidos como pumas o pumas, están cambiando sus hábitos naturales para reducir el contacto con los humanos en sus hábitats para practicar senderismo, andar en bicicleta y correr. Estos cambios de comportamiento reflejan y resaltan los desafíos que enfrentan la vida silvestre y las poblaciones urbanas.
Un estudio revela cambios en las prácticas
El estudiarDirigido por Ellie Bolas, investigadora doctoral de la Universidad de California en Davis, analizó los datos recopilados de 22 pumas equipados con GPS en las montañas de Santa Mónica entre 2011 y 2018. Utilizando datos de ejercicio de la plataforma en línea Strava, el equipo compara los movimientos de personas por ocio con los movimientos de los pumas.
Los estudios han revelado que los pumas en áreas con alta actividad humana cambiaron sus horas pico del amanecer y el anochecer a la noche. Este simple comportamiento permite a los depredadores evitar la presencia de humanos mientras continúan cazando y realizando otras actividades importantes.
Consecuencias más amplias para la vida silvestre y los medios de vida
El hecho de que los animales ya no salgan por la noche para evitar a las personas no se trata sólo de los pumas. Se han observado tendencias similares en todo el mundo entre otros mamíferos. Investigación realizada en 2019 presentado Que incluso el sonido de las voces humanas podría detener a los pumas, muestra la profunda vigilancia de las personas hacia estos animales debido a la persecución histórica.
Los pumas en áreas urbanas como Los Ángeles enfrentan presiones adicionales, incluida la fragmentación del hábitat, los incendios forestales y la diversidad genética. Este estudio destaca las actividades recreativas como un posible factor estresante que afecta la energía que utilizan para cazar y sobrevivir.
Bolas destacó la importancia de ser conscientes de estos cambios y dijo que la convivencia depende de la flexibilidad que muestren los animales salvajes. A pesar de los desafíos, los pumas continúan adaptándose a las actividades humanas, demostrando la resiliencia de los lugares que comparten.