Los científicos desentrañan los genes de las rosas: cómo las variedades orientales y occidentales dieron forma a las variedades modernas

Ahora un estudio nos da una idea de la genética de las rosas modernas y revela cómo la intervención humana ha afectado su crecimiento a lo largo del tiempo. Las rosas han sido amadas durante siglos como plantas ornamentales, pero gran parte de su composición genética sigue siendo oscura. Los investigadores ahora saben cómo se unen las rosas de Oriente y Occidente. Esta investigación ha proporcionado información valiosa sobre la reproducción de especies más resistentes y atractivas. Destaca la importancia de la diversidad genética. Esto puede desempeñar un papel importante para ayudar a las rosas a adaptarse al cambio climático en el futuro.

Rosas en todos los continentes

Durante muchos años, las rosas se cultivaron por separado en China y Europa. Cuando las rosas chinas llegaron a Europa en el siglo XVIII, cambiaron la forma en que se cultivaban. Aunque a menudo se ha atribuido este cambio al ‘Old Blush’ de China, los científicos ahora señalan a la Rosa odorata como otro componente importante. La fusión de los estilos oriental y occidental dio lugar a la la fundación de las rosas modernas, conocidas por su frecuente floración y variedad, como vemos hoy en los jardines.

Decodificando la genética de las rosas para el mejoramiento futuro

Dirigido por el profesor Zhangjun Fei del Instituto Boyce Thompson, el equipo de investigación estudió por primera vez el genoma de una popular variedad de rosa moderna llamada ‘Samantha®’. Tiene cuatro conjuntos de cromosomas, lo que complicaba mucho el mapeo genético. Gracias a esta información, los científicos ahora pueden avanzar en la comprensión de la genética y el mejoramiento de las rosas. El equipo también secuenció el ADN de otras 233 especies de rosas, construyendo un mapa completo de la evolución de las rosas modernas.

Este trabajo tiene como objetivo ayudar a los productores a crear rosas que florezcan por más tiempo, sean más fáciles de cuidar y tengan mejor resistencia a plagas y enfermedades. También destaca la necesidad de mantener la diversidad genética para garantizar que las rosas puedan seguir adaptándose a las condiciones cambiantes.