El histórico sobrevuelo de Urano de la Voyager 2 revela una distorsión magnética inusual

Un análisis reciente de 38 años de datos de la nave espacial Voyager 2 de la NASA ha proporcionado nuevos conocimientos sobre la magnetosfera única de Urano, según un estudio publicado el 11 de noviembre en Nature Astronomy. Durante el sobrevuelo de la Voyager 2 en 1986, se descubrió que la magnetosfera de Urano estaba repentinamente distorsionada por el viento solar. Las investigaciones sugieren que la gravedad de la Tierra funciona de manera diferente a las órbitas de otros planetas.

La investigación revela estructuras magnéticas inusuales

Jamie Jasinski, científico planetario del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el Instituto de Tecnología de California y autor principal de estudiarseñaló que el momento de la Voyager 2 coincidió con un fuerte evento de viento solar, un evento poco común cerca de Urano. Se cree que esta presión en la magnetosfera de Urano, que es visible sólo alrededor del 4% del tiempo, es responsable de las mediciones únicas capturadas por la Voyager. Si la nave espacial hubiera llegado una semana antes, señaló Jasinski, estas condiciones habrían sido diferentes, lo que posiblemente llevaría a otras conclusiones sobre las propiedades magnéticas de Urano.

A diferencia de la Tierra, Urano exhibe un movimiento axial complejo, impulsado por su inclinación extrema. Esta inclinación hace que Urano experimente los efectos fluctuantes del viento solar, lo que hace que la magnetosfera se encienda y apague.

Implicaciones para la futura exploración de Urano

Los resultados del estudio se extienden más allá del propio Urano y arrojan luz sobre el comportamiento gravitacional de sus lunas exteriores, incluidas Titania y Oberón. Estas lunas, ubicadas dentro de la magnetosfera de Urano y no fuera de ella, las convierten en candidatas ideales para la investigación de los océanos subterráneos mediante la detección de la gravedad. Como señaló Jasinski, estas condiciones harían más fácil detectar cualquier firma magnética que indique agua debajo del hielo de la luna.

Aunque la Voyager 2 sigue siendo la única misión que visita Urano, los hallazgos del estudio subrayan el creciente interés en explorar el gigante con más detalle.

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