Los abejorros sienten la pérdida del olfato después de que las olas de calor del año pasado golpearon la Tierra, según un estudio

Las olas de calor extremas no sólo son una amenaza creciente para los humanos sino también para importantes polinizadores como los abejorros. Una investigación reciente publicada en Proceedings of the Royal Society B revela que las olas de calor pueden alterar significativamente la capacidad de las abejas para oler las flores de las que dependen como alimento. El descubrimiento genera preocupación sobre el impacto potencial del cambio climático en las poblaciones de abejas y las industrias agrícolas que dependen de ellas.

Efecto de la temperatura en la fisiología de los abejorros

Coline Jaworski, ecologista de campo del Instituto Nacional Francés de Investigación Agrícola, Alimentaria y Ambiental, ser dicho Science.org que las olas de calor tienen un efecto claro en la fisiología de los abejorros. Si estas abejas luchan por encontrar sus fuentes de alimento, se informa que las consecuencias podrían ser muy malas para los cultivos que dependen de su polinización. Sin una polinización exitosa, las semillas no germinarán, lo que reducirá la productividad de las plantas, lo que puede tener consecuencias nefastas para el suministro de alimentos.

Los abejorros desempeñan un papel importante en la polinización de una variedad de cultivos que contribuyen a casi un tercio del suministro de alimentos del mundo. A pesar de su importancia, el número de abejas está disminuyendo constantemente, principalmente debido a la pérdida de hábitat y al cambio climático. El año pasado, el planeta experimentó un calor sin precedentes, y estas condiciones son cada vez más frecuentes, asociadas con una mayor disminución en el número de abejas, según estudiar.

Cómo afectan las altas temperaturas a los abejorros

Los abejorros confían en sus ojos para encontrar manchas de flores y usan sus cuernos para oler las flores más adecuadas. Los receptores en sus antenas captan moléculas de olor, que luego se transmiten al cerebro como señales eléctricas, ayudándoles a decidir qué flores visitar. Sabine Nooten, entomóloga de la Universidad Julius Maximilians de Würzburg, explicó a esta publicación cómo el aumento de las temperaturas afecta este importante proceso en las abejas incubadoras.

Según los informes, Nooten y su equipo probaron 190 abejas de dos especies que se encuentran comúnmente en Europa: Bombus pascuorum y Bombus terrestris. Expusieron a las abejas a temperaturas simuladas colocándolas en un tubo donde la temperatura se elevaba a 40°C durante unas tres horas, según Science.org. A continuación, el equipo extrajo los avispones de las abejas y probó sus respuestas eléctricas a tres olores florales comunes: ocimeno, geraniol y nonanal.

Efectos a largo plazo de la exposición al calor

Los resultados mostraron que la exposición al calor reducía significativamente la respuesta de los cuernos de las abejas a este olor, a veces hasta en un 80 por ciento. Sandra Rehan, ecóloga molecular de la Universidad de York, habló sobre la importancia de esta investigación y señaló que una temperatura de 40°C equivale a la temperatura actual en muchas partes del mundo.

Lo preocupante es que muchos avispones expuestos al calor no lograron recuperar el sentido del olfato, incluso después de recuperarse durante 24 horas en condiciones más frescas. Esto sugiere que el daño causado por las olas de calor puede tener efectos a largo plazo en la capacidad de los abejorros para buscar alimento.

El estudio también encontró que el tipo salvaje de B. pascuorum era menos tolerante al calor en comparación con B. terrestris. Además, las abejas obreras, responsables de recolectar alimento para sus colonias, parecían ser más vulnerables a la exposición al calor que los machos.

Implicaciones para la investigación futura y la salud de los polinizadores

Las investigaciones futuras deberían examinar si otras especies de abejas y polinizadores, como los sírfidos, experimentan daños similares inducidos por el calor. Jaworski advierte que otros polinizadores individuales, como las abejas carpinteras, pueden correr un mayor riesgo. Estos insectos no se benefician de los alimentos almacenados en colonias y pueden enfrentar consecuencias nefastas si no pueden alimentarse de manera efectiva debido a las temperaturas extremas.

Esta investigación destaca la necesidad urgente de comprender y abordar los impactos del cambio climático en importantes polinizadores, ya que su disminución podría tener importantes implicaciones para la seguridad alimentaria mundial.

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